Marcus Garvey fue acusado de segregacionista, pero realmente fue un defensor incansable de los derechos de la raza negra. Una vez en un discurso hizo la siguiente alusión:
Esta creencia es absurda. Yo creo que los hombres blancos deberían ser blancos, los hombres amarillos deberían ser amarillos, y los hombres negros deberían ser negros. Este es el gran panorama de las razas, hasta que todas y cada una de las razas, por su propia iniciativa, levanten el estándar común de la humanidad para obligar al respeto y apreciación de todos, y así de este modo, se haga posible para cada uno pueda dar la mano de bienvenida, sin llegar a ser capaz de enjuiciar al otro por causa alguna de su condición inferior y desafortunada.
En realidad esta reflexión no hay que tomarla como segregacionista, sino como orgullo racial incapaz de consentir la unión de raza negra y blanca por el hecho de que la negra sea inferior.
Marcus creía que en la situación actual, la unión de negros y blancos era debida por un único motivo: la compasión de algunos blancos por los negros y de este modo salvarlos de su penosa situación.
La posibilidad de los negros de salir de su situación miserable uniéndose al blanco para prosperar socialmente aunque sentimentalmente no supusiera un estado de bienestar.
Lo que Marcus Garvey quiere transmitir ahí es que antes de nada la raza negra sea considerada en igualdad de condiciones que la raza blanca y tratada de tú a tú. Y sólo cuando esto suceda será el momento de unir las dos razas o cualesquiera otras razas.
Lo mismo sucede con la siguiente consideración de Marcus, que refuerza el espíritu de igualdad deseado para luego poder mezclarse en toda su extensión con cualquier otra raza sin ser considerado bastardía.
Soy consciente del hecho de que la esclavitud nos trajo la maldición de muchos colores dentro de la raza negra, pero eso no es razón para que nosotros perpetuemos el mal; entonces en vez de alentar una mayor bastardía en la raza, sentimos que deberíamos organizarnos para crear un tipo de raza estándar de nosotros mismos, que no pueda, en el futuro, ser estigmatizada por la bastardía, sino que pueda ser reconocida y respetada como un tipo de raza verdadera, antecediendo incluso nuestro propio tiempo.
El conjunto de pensamientos plasmados en libros refuerza la multitud de frases de Marcus Garvey que afortunadamente también han quedado documentadas.